La pandemia no fue un impedimento para que nuestros niños y jóvenes pudiesen disfrutar de los vientos de agosto.
Aunque no pudimos elevar nuestras cometas como en otros años, nuestros alumnos se las ingeniaron para disfrutar de los tradicionales vientos de la época con un ringlete hecho por ellos mismos.
Aquí les traemos las mejores imágenes de lo fue esta experiencia para nuestros alumnos, algo que podrán recordar por siempre y que quedará registrado en la historia como el único año en que las cometas no volaron, pero si la creatividad.
